Por fin, las administraciones están reaccionando para poner fin al auténtico drama que vivimos en este país con los perros.
La perrera municipal de Madrid no puede con más animales. Según informaba este artículo de El País, «el Centro de Protección Animal ya ha sobrepasado su límite de 200 perros». No es la única perrera desbordada por la situación. Y el problema, lejos de reducirse, va a más.
Otras perreras solucionan el overbooking convirtiéndose en campos de exterminio (Puerto Real, Torremolinos, Olivenza…)
Cada año se abandonan a lo largo y ancho de nuestra patria unos 150.000 perros.
Mientras tanto, en Rusia… es decir, en Españistán unos cincuenta mil galgos son asesinados anualmente. Pasados sus dos años de «vida útil», se eliminan o se desechan de formas únicamente imaginables en el corto cerebro de un Espanis Neanderthalensis.
Pero sí, ¡por fin! ¡Lo que todos estábamos esperando! Las administraciones han puesto en su punto de mira el grave problema que nos ocupa, y ni cortas ni perezosas están dispuestas a dedicar un presupuesto nada desdeñable para atajar, de una vez por todas, el mayor drama que tenemos que sufrir día a día los españoles con nuestros perros.
Y es que, ¿no es totalmente indignante, vergonzoso, dramático y espeluznante pisar una caca de perro cuando vas tranquilamente hablando por el móvil?
¿No está totalmente justificado emplear todos los medios posibles -económicos, tecnológicos, humanos- para acabar con esta lacra de nuestra sociedad?
¿Acaso hay algo que nos importe más?
¡Vamos, Hezpaña! ¡A por ellos!