Antes de meter tu hocico en este artículo, advertimos: es muy probable que las personas que lean esto se sientan juzgadas o molestas por la vehemencia con la que el autor critica la compra de un perro. Que quede claro que en Power Perro queremos a todos los perretes por igual (las personas nos molan más si adoptan).
De modo que has decidido vivir la vida perra y meter en tu casa a un ser maloliente de cuatro patas que te va a dejar el sofá lleno de pelos, te va a hacer madrugar (más, si cabe), va a suponer un gasto extra en tu bolsillo y hasta es posible que sea la causa de la próxima Junta Extraordinaria de tu comunidad de vecinos.
Ahora te planteas (y si no, deberías) muchas cosas y es posible que por tu cabeza humana estén rondando algunas de las siguientes preguntas de tipo A:
“¿Sabré hacerme cargo de un perro y educarlo? ¿Seré capaz de afrontar los gastos a fin de mes?¿Podré atender sus necesidades? ¿Se adaptará bien a mí y a mi hogar? ¿Soy consciente de los cambios que va a suponer en mi vida? ¿Qué debo hacer, comprar o adoptar?
O bien puede que tus preocupaciones sean más del tipo B:
“¿Qué marca me compro? ¿Un Westie como el de mi tía, un “Stanfor” como el de mi churri o un Braco de Weimar, que ahora se lleva mucho y que además me combina con los suelos de gres? “
Si las dudas que tienes son de tipo A, es probable que podamos disipar la última de ellas con nuestras razones para no comprar, y animarte a que adoptes de manera responsable.
Si eres más de preocupaciones tipo B, este artículo está especialmente escrito para ti, que seguramente argumentarás razones parecidas a estas:
“Quiero comprar un cachorro de raza porque me gusta este tipo de perro en concreto y sé cómo se portará y qué tamaño tendrá cuando crezca”
Estamos seguros de que tú te has informado convenientemente, pero, lo creas o no, muchas veces los compradores/fans de una raza no tienen ni idea de qué clase de perro están llevándose a casa. La compra muchas veces se hace por impulso, al ver la monada que es de cachorro o dejándose arrastrar por la moda del momento. Incluso dentro de una misma raza pueden salir ejemplares que, de adultos, crecen más de lo esperado, o que resultan no ser tan bonitos como en el catálogo de venta.
Es totalmente comprensible que te hayas encaprichado de un Chihuahua por motivos “prácticos”: por su pequeño tamaño, porque le puedes disfrazar con los patucos de tu sobrina y subirlo en el bus metido en el monedero, pero, ¿te has informado bien sobre las características de la raza? (Por ejemplo, que no es precisamente fácil de educar o que no es apropiada para convivir con niños…)
Piensa realmente si los motivos para adquirir esta o aquella raza son realmente “prácticos” o meramente estéticos. Porque perros de tamaño mini para mimar, cachorritos que son una monada, o perros que estéticamente te gusten los vas a encontrar en adopción en cualquiera de los refugios de tu ciudad. Y, por desgracia, vas a tener donde elegir. El que seas muy fan de una raza no es excusa para no adoptar ya que hay perros de toda raza y condición esperando ser adoptados.
En nuestro país, lamentablemente, el abandono no entiende de razas. Según el Estudio de la Fundación Affinity sobre el abandono de animales de compañía en España en 2016, casi el 20% de los perros abandonados eran de “raza pura”.
Son innumerables los casos de perros de raza que, por una u otra razón, no han cumplido las expectativas de sus “dueños” (y en este caso sí, usamos este discutido término). Hembras que han sido explotadas como máquinas de parir hasta el agotamiento, perros de caza o pastoreo que han resultado inútiles como herramienta de trabajo, otros que fueron comprados de manera impulsiva, por capricho, por modas, por desconocimiento…
Las dramáticas estadísticas sobre abandono y maltrato animal que ponen a España como líder indiscutible dentro de la UE deberían ser motivo suficiente para rechazar el negocio de la compra de un ser vivo y plantearse una adopción responsable. Según este informe de la Agencia EFE, “España registró más de 137.000 casos de abandono animal en 2015 y por primera vez, el comportamiento y las camadas indeseadas sustituyen al factor económico”. Estos datos han sido extraídos del Estudio de la Fundación Affinity y puedes descargar aquí la infografía con todos los datos sobre Abandono y Adopción en 2016.
Hay compradores que dan por sentado que su perro tendrá un buen comportamiento al adquirir un cachorro de raza a un “buen criador”.
Es obvio que la genética de la raza predispone a ciertas conductas e influye en su “personalidad”. No hace falta ser biólogo como Ana Obregón para saber que el carácter depende, en gran medida, del factor puramente genético.
Ahora bien, si confiamos en que la genética “lo haga todo”, estaremos dejando todo su desarrollo en manos del azar y, a no ser que ocurra una mutación espontánea que enseñe a tu perro a cagar y mear fuera de casa y a no saltar encima de tu abuela, te va a tocar dedicarle esfuerzo y atención.
La sociabilización y educación que reciba van a ser cruciales y, en muchos casos, un perro en adopción ya ha pasado por esa etapa, y nos pueden informar del “historial” de cada caso. Muchos vienen ya con los deberes hechos, y aunque es cierto que un perro adoptado puede presentar problemas de socialización, debido a traumas y malas experiencias, una compra no incluye la garantía de que esos problemas de conducta no vayan a producirse.
A veces, por el mero hecho de haberlo comprado, se espera del perro que sea un producto sin taras ni desperfectos y se crean unas expectativas que en muchas ocasiones no se van a cumplir.
“Pero si lo compro a un buen criador me aseguro de que esté sano”
Comprar un perro de raza no siempre supone una garantía de salud. En muchas ocasiones supone casi lo contrario (te recomendamos nuestro artículo sobre el Carlino, que refleja perfectamente este problema). Al comprar un perro de “pura raza” es posible que estemos adquiriendo unas cuantas enfermedades congénitas con el lote sin saberlo.
Además, al adoptar un perro nos informarán de su estado de salud y su historia clínica. Y, dependiendo de la edad del perro, nos lo entregarán vacunado, desparasitado y esterilizado.
Sobre los criadores de perros… tenemos mucho que ladrar aquí, y es un tema que merece una reflexión propia en otro artículo porque realmente nos eriza el lomo.
“Si compro el cachorrito en la tienda también lo estoy liberando de su cautiverio”.
Y también estás fomentando un negocio, en la mayoría de las ocasiones, ilegal y que implica unas condiciones de vida terribles para los perros. Cachorros criados e importados desde el extranjero en condiciones ilegales y penosas. Hacinados, sin haber cumplido los dos meses de edad, algunos mueren en el trayecto. Otros llegan en un estado de salud crítico. Las hembras son explotadas como máquinas reproductoras hasta su muerte. Comprando un cachorro en una tienda estás favoreciendo la cría indiscriminada de razas “de moda”, e indirectamente, contribuyendo al abandono.
En 2014, el Gobierno de Mariano Rajoy llegó a anunciar un anteproyecto de ley que prohibía la exhibición en escaparates y la comercialización de animales en tiendas, fomentando la tenencia responsable, y con la que tuvo la oportunidad de regular este lucrativo negocio. Finalmente, el Gobierno reculó, cambiando de nuevo la normativa y permitiendo así que continúe un oscuro negocio sin control que mueve más de 40 millones de euros al año, y a día de hoy, tampoco el gobierno socialista parece muy sensible ni preocupado por proponer una ley que resulte efectiva y que ponga soluciones reales a un problema que ya va para largo. Según este artículo de eldiario.es: “las ONG calculan que hasta dos tercios de los perros de raza provienen de criaderos ilegales”. Y de nuevo, se nos eriza el lomo.
¿Cómo vamos? ¿Te hemos dado ya suficientes razones para no comprar?
“Vale. He decidido adoptar, pero no es nada fácil, los de la asociación me han puesto muchas trabas”
¡Estos animalistas talibanes te aplican el tercer grado, te obligan a pasar por un examen o una entrevista, firmar un contrato, aceptar un seguimiento… Nada, nada, para eso me compro un perro, que es mucho más fácil!
Es que la decisión de tener un perro no es fácil. O al menos, no debería ser tan fácil como lo ponen algunos. Ya lo decimos aquí, “un gran Power Perro conlleva una gran responsabilidad”. Y la adopción simplemente pone de manifiesto esa responsabilidad a través de una serie de términos y trámites que pueden resultar un tanto molestos y cansinos, pero que son necesarios.
Si a la primera dificultad a la hora de adoptar decides irte por la vía fácil de abrir la billetera deberías pensarte dos veces si puedes asumir la responsabilidad que implica una buena relación perro-persona.
Y si al contactar con una asociación o albergue en concreto te llevas una mala impresión o tienes una mala experiencia, ese no debería ser un motivo para abandonar. Por suerte o por desgracia, el número de perreras municipales, albergues, asociaciones y refugios hace incluso demasiado fácil encontrar la forma de adoptar o acoger.
No está de más señalar la gran labor que realizan estas personas, voluntarias en su mayoría, que regalan su trabajo y su tiempo para salvar vidas.
Es posible que algunas de estas asociaciones, por las duras situaciones de las que son testigos en el día a día, sean especialmente recelosas a la hora de dar el visto bueno en un test de pre-adopción. Hay personas que se quejan por la cantidad de impedimentos que les han puesto en el momento de querer adoptar, o del trato recibido, porque esperan que les reciban con aplausos por el simple hecho de haber decidido adoptar. Al comprobar que una adopción es un proceso que implica trámites, papeleo y “preguntas indiscretas por parte de desconocidos” se enrabietan y deciden que no merece la pena el esfuerzo. De nuevo, no nos valen las excusas. El día en que llegues con tu perrete adoptado a casa comprobarás que ese esfuerzo valió la pena.
La adopción responsable se basa precisamente en un compromiso que ha de verse reflejado en ese tipo de “pruebas”: cuestionario de pre-adopción, contrato y, a veces, un seguimiento posterior. Si eso te parece excesivo y te supone un impedimento, deberías plantearte si tienes Power Perro suficiente para compartir tu tiempo y tu espacio con un perro. Comprar no es la solución.
El a veces polémico cuestionario de pre-adopción, no pretende juzgar al adoptante ni meterse en su vida, simplemente conocerle mejor y orientarle. De igual forma, es un buen mecanismo para que nosotros mismos comprobemos si estamos preparados para asumir toda la responsabilidad de acoger a un perrete en nuestra casa, y saber qué tipo de perro se adaptará mejor a nuestra forma de vida.
“¡Y cuando me he decidido a adoptar resulta que, al final, tengo que pagar!”
El precio que se paga al realizar la adopción está totalmente justificado, por no hablar de que el concepto es muy distinto al que supone una simple transacción económica.
En función de la normativa del albergue, del tipo de perro o de otros factores, esta cifra puede variar. Con ese dinero, la asociación intenta cubrir los interminables y continuados gastos a los que debe hacer frente. Si piensas que son pocos, te volvemos a recordar el número de animales abandonados al año. Incluso, hay albergues municipales y asociaciones que no establecen una cuota de adopción. ¡Fuera excusas!
Porque el de estas asociaciones no es «un negocio como otro cualquiera». Si tienes dudas o desconfías del albergue, infórmate sobre sus condiciones, visita el refugio, ve a conocer a los perros y a sus cuidadores y pregunta todo lo que necesites saber. Si consideras que no te están asesorando correctamente sobre el perro que quieres adoptar, o que no te proporcionan la información o la confianza necesarias, prueba con otra asociación o perrera municipal. Será por sitios.
Lo importante es evitar sorpresas en la medida de lo posible (aunque siempre hay que estar preparado para imprevistos). No te precipites y no actúes por impulso. Y olvida esas excusas para no adoptar. No te vamos a hablar aquí de lo gratificante que es adoptar un perro, ni de lo agradecidos que son, ni del cariño que dan al ser rescatados y acogidos de nuevo en un hogar… porque preferimos no hacerte spoilers, y que lo vivas y lo compruebes.
En este recopilatorio de gataweb.com organizado por Comunidades Autónomas encontrarás una lista muy completa de protectoras y perreras para buscar en tu localidad.
Y para ponértelo más accesible aún, te recomendamos que te instales Miwuki, una aplicación muy intuitiva y fácil de usar para buscar perros y gatos en adopción y que además gestiona voluntarios y casas de acogida, entre otras funcionalidades.
Y sobre todo, desde Power Perro te animamos a que adoptes con responsabilidad.
#AdoptaNoCompres